lunes, 21 de abril de 2014

Cabeza blanca pelo negro

Mi vecina tiene un novio que si lo  hubiera conocido antes que a ella,  podría fácilmente haberse convertido en  mi mejor amigo y hubieramos grabado cortometrajes y hecho canciones. Pero desafortunadamente los conocí a los 2 juntos, son mis vecinos y por consecuencia guardo distancia con ambos. Ella es como una huasita del campo. De melena oscura y piel blanca.  Sin una pizca de maldad. Tal vez sólo el escote de sus pechos copa E sea su única cuota de maldad. O tal vez ella es tan buena que nisiquiera ha reparado en el tamaño de sus pechos. Ni de que salgo de mi habitación cuando la oigo salir del baño para  verla pasar en toalla y sentir su olor a ducha en el pasillo y una vez en el baño hacer la reconstitución de escena, y ver las gotas de agua que ahora se acumulan en el desagüe de la tina, colgar de cada uno de sus pezones dilatados por el calor del agua,  erectos  por el frío del aire mañanero.
Tampoco se ha dado cuenta de que cuando ella sube a desayunar, yo ya estoy tomando el mío, cosa que no le permite, por reglas de civilidad y buenas costumbres, sentarse y desayunar frente al televisor, como es la costumbre acá y la obliga a tener una cordial cita conmigo.

Pasa el día lento para ambos, cada uno sumido en sus tareas en sus respectivos cuartos, con las puertas abiertas como una invitación  in-intencional  a entrar en la intimidad del otro.   Salen de imprevisto en sus bicicletas, vuelven se topan y se saludan con reverencias del siglo 17, se oyen el uno al otro a escasos metros canturreando  o manipulando alguna herramienta.

Él guarda una réplica de la  cabeza de ella en una mochila bajo su cama. Melena oscura, tez clara, dientes perfectamente blancos y redondeados contrastando con el rojo de sus labios y encías. Él besa la frente de la réplica antes de salir, la pone entre sus piernas cuando se acuesta a dormir. La peina y la pone en lo alto de una repisa desde donde ella pueda observar y acompañar  todos sus movimientos.

Ella a su vez,  no se preocupa jamás de recojer sus cabellos atascados en el desague después de ducharse y de vez encuando abandona  su ropa usada en el suelo del baño.

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