jueves, 25 de mayo de 2017

how far away am I from the life I want to live

Cascadas

Recolectar carteles de departamentos pilotos
Robar carteles de departamentos pilotos
e instalarlos arrugados como pinturas 3d
como paisajes adiposos
como pinturas derritiéndose

como crítica al boom inmobiliario

como experimento pictórico.

Post-Tarot

Se habló acerca de darle fin  a un hábito.
de quebrar con una maña, con una manera de pensar media dañia.
de dejar de vivir con la secreta esperanza de que "va a suceder"
dejar de  contarme el cuento de que "esta vez sí"

"La sensación de que las cosas van a suceder"
"La espera"
"La acumulación del deseo"

dejar de esperar
y ejecutar, de una vez por todas.
esperar ser descubierto
esperar que lleguen las oportunidades
esperar a cambiarme de casa
esperar a cuando tenga plata
esperar que me depositen
esperar que me ofrezcan un súper trabajo
esperar que la situación  sea favorable
esperar a cuando me gane la beca y me vaya de chile
esperar a que porfin tenga una fecha en algún lugar para manufacturar la idea.

Tal vez esa hueá me ha paralizado un resto.
Tal vez me ha mantenido en una especie de suspensión,
custodiando mis ideas
esperando que tengan su momento
en una larga masturbación
en una larga paja mental

en lugar de hacerlas aparecer como a una cascada rabiosa.








Lista de palabras para escribir con plumón sobre 14 delantales y 17 cotonas.

A de anarquía
Metallica
Nirvana
CDUC
GB
green day
Pantera
Bob Marley
Beastie Boys
Guayasamín
Salvador Dalí
René Magrite
THC
Led Zeppelin
Radiohead
Benedetti
Nietzsche
Alberto Fuguet
Kubrick
Cortázar
Paul Thomas Anderson

Vanitas

Qué es más rockero que una calavera?
Qué nos recuerda la finitud de la vida más que la imagen de un cráneo seco?
Un rockero en silla de ruedas.

Dientes de leche

Su cara de niña iba cediendo espacio a sus dientes de adulta.
Incisivos y muelas a borbotones de entre la carne roja de sus encías
arrasando con esos entrañables dientes de leche que guardé en un cajón.
Ese revoltijo de carne y huesos
Sueños de mortadela
Mortadela de los Andes
Abstracción montañosa
Campos de color

Lista n° 2

A veces asomo mi  cabeza dentro del agua para ver cómo es en verdad.
Sumerjo sólo el pelo, la frente y los ojos, dejando la nariz afuera para poder respirar.
Saco mi cabeza fuera del mundo para poder mirarlo desde lejos.
Mirarme desde afuera.
Y ser un espectador.
Y juzgarme
Y revisar cada paso
E identificar cada error.
si es que los hubiera.

Observarme  de lado, de perfil 3/4 y  escuchar  mi voz en una grabación.
saber dónde me aprieta el zapato.

La pantalla del pc se hunde en un túnel hacia el infinito
pero no me puedo salir di mí
no me puedo desdoblar
no me puedo concentrar.
Pico Zorra
Necesito estar solo y la coté al lado con la estufa prendida al máximo
calor reculiao no puedo respirar.
Me debí haber quedado en el living y dejarla durmiendo.
Estaba teniendo un sabroso y epifánico insomnio
me levanté a escribir
y por darmelas de buen marido, le hice un té, un guatero, me traje el computador a la pieza y se fue todo a la chucha.

En fin.

La próxima vez que me pase esta hueá me levanto nomás.
Sin sucumbir a los encantos femeninos,
ni a mi culpa cristiana.
Ser un poco más hijodeputa no está mal de vez en cuando.
Sobretodo si se trata de trabajar en la Mansillez.

lunes, 1 de mayo de 2017

Una pirámide en mi boca. Parte II

Eso que era una Pirámide Mastaba en la última muela del lado izquierdo de mi maxilar inferior
podía haber sido una mina a tajo abierto.
Un túnel de hueso que me conectaba con mi sistema nervioso y no podía quedar al descubierto.
No podía quedar expuesta a tanta carne y tanto  pan, llenando el hueco a presión.
Había que construirle "una corona" Un casco. Una protección de hierro cubierta en porcelana y eso fue lo que se hizo. Un trabajo de joyería, porque no había mucho espacio para esta corona, asíque la pieza era una verdadera miniatura.
Se construyó y se instaló en la pieza  nr 31.
Estuvo ahí toda la tarde del día en que la colocaron.
Luego en la noche de regreso a casa me comí un sneaker y se despegó.
La guardé en mi bolsillo y cuando llegué a dormir, la dejé en el velador.
En la mañana desperté exaltado pensando que había perdido la corona.
Revisé el velador y estaba ahí, de cabeza, la porcelana en contacto con la madera del velador
y el hierro  con la forma del hoyo de mi muela manchado con caramelo.
Me levanté, la limpié con  el cepillo de dientes y la colóqué en su lugar.
Luego me hice desayuno
tosté un pan
y a la primera mascada del pan, el casco se vuelve a desprender y me lo tragué.