lunes, 1 de mayo de 2017

Una pirámide en mi boca. Parte II

Eso que era una Pirámide Mastaba en la última muela del lado izquierdo de mi maxilar inferior
podía haber sido una mina a tajo abierto.
Un túnel de hueso que me conectaba con mi sistema nervioso y no podía quedar al descubierto.
No podía quedar expuesta a tanta carne y tanto  pan, llenando el hueco a presión.
Había que construirle "una corona" Un casco. Una protección de hierro cubierta en porcelana y eso fue lo que se hizo. Un trabajo de joyería, porque no había mucho espacio para esta corona, asíque la pieza era una verdadera miniatura.
Se construyó y se instaló en la pieza  nr 31.
Estuvo ahí toda la tarde del día en que la colocaron.
Luego en la noche de regreso a casa me comí un sneaker y se despegó.
La guardé en mi bolsillo y cuando llegué a dormir, la dejé en el velador.
En la mañana desperté exaltado pensando que había perdido la corona.
Revisé el velador y estaba ahí, de cabeza, la porcelana en contacto con la madera del velador
y el hierro  con la forma del hoyo de mi muela manchado con caramelo.
Me levanté, la limpié con  el cepillo de dientes y la colóqué en su lugar.
Luego me hice desayuno
tosté un pan
y a la primera mascada del pan, el casco se vuelve a desprender y me lo tragué.

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