lunes, 26 de agosto de 2013

El maestro pastelero de la armada francesa, en Africa.

David no creia en la higiene bucal.
Si bien era un tipo de maneras bastante amigables. Sencillo y honesto, su sonrisa evocaba pobreza, guerra, apocalipsis, horror, terror, genocidio y todo lo malo e injusto del mundo.

La version oficial decia que cuando se trabaja en pasteleria, o en  cocina en general, hay quimicos en estado gaseoso que lo erosionan a uno, en este caso, seria el exceso de gas de azucar el que habria arruinado la sonrisa de David, que a las finales nunca era falsa.
Un ano o mas en la armada, de campana en Africa. Otra temporada en Montevideo, luego Iguazu, Londres, Ketamina,  Camel sin filtro, THC, coquein, meth,  etcetearas, sumado al exceso de azucar han modelado al maestro pastelero, para presentarnoslo asi, como lo conocemos. Con su sonrisa de madera vieja y su cerebro macerado en LSD para deleitarnos con su opera de porno dulce.

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