He vivido sin timón y en el delirio regando al mundo con mi amor adolescente. Probé nuevos sabores y aprendí a usar el cuchillo. Tengo un montón de amigos nuevos. Estoy feliz de haber hecho todo eso que te dije que quería hacer y que no podíamos hacer juntos. A veces me acuerdo de tu voz imitando a Leo Rey o cantando La gata bajo la lluvia y me vuelvo a reir solo. A veces me pregunto si lograré llegar a esa clase de conexión y fiato con alguien. No he tenido la voluntad de volver a hacerlo. Te culpo a ti y culpo a mi madre. Y a mi hermana Graciela y a todas las mujeres que me han abandonado. Cavaron un hoyo en mi pecho que soy incapaz de recomponer y nada es capaz de saciar esa hambre. Esa es mi condición. Sólo puedo aceptarla. Por mientras espero aquí lo que sea, lo que venga, acompañado de la pintura y la batería, ellas estarán ahí siempre para mí.
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