Para el proyecto Aproximación Visual Al Territorio (AAT) a realizarse en la comuna de Independencia, curadoría de Andrés Grillo. Se me encarga trabajar en torno al enunciado "La nueva identidad cultural y su transformación visual"
Si esta declaración "La nueva identidad cultural y su transformación visual" nos conduce a pensar en las nuevas comunidades
migrantes que habitan cada vez más nuestro país, y en específico la comuna de
Independencia. Creo que la aparición de una nueva identidad cultural trasciende
el (llamémosle) problema de la migración, y responde a cuestiones que a mi
parecer son problemas más graves y profundos que están afectando a la comuna y,
en consecuencia, generando una nueva identidad cultural.
Si bien la migración nos obliga a lidiar con la alteridad,
a mirarnos a nosotros mismos, a compararnos, a reconocernos y reafirmar una
identidad. Nos obliga también a practicar la tolerancia y a superar prejuicios
o actitudes racistas. Esta no es una situación exclusiva de Chile ni de este
2018. La migración ha sido parte clave de la historia de la humanidad, desde
las glaciaciones. Por tanto, un proceso natural. Un proceso humano. Así como
debemos soportar y acostumbrarnos al calor extremo en verano, tenemos que
acostumbrarnos al inmigrante en nuestra ciudad y valorar las bondades de su
aparición. Personalmente creo que hay que dejar al migrante ser.
Es por esto que ya no me parece un tema relevante para
trabajar desde el arte. A menos que lo hiciera desde una perspectiva colaborativa,
activista y social que generase un aporte real y concreto a la comunidad
involucrada, más allá de la mera representación artística. Trabajar la
migración desde la representación hoy ya no me parece pertinente.
Independencia hoy concentra uno de los problemas que se ha
hecho presente en nuestro país en la última década, fuera de las olas migratorias:
El poco cuidado por el patrimonio. La demolición de edificios antiguos para
levantar malls, strip centers, o
edificios de 25 pisos, el consiguiente hacinamiento de sus usuarios y la acumulación
de basura en los contenedores públicos.
El plano regulador de una comuna y su planificación urbana
está en directa relación con el ciudadano, y determina una identidad cultural.
Cuando se comienza a demoler el patrimonio arquitectónico
de un barrio en pos de una modernización, evidentemente se quiebra una identidad.
Un cambio de look supone un cambio profundo.
Actualmente el look de independencia es parecido al de una
ciudad en reconstrucción luego de un desastre natural, como si hubiera sido
sacudida por un terremoto, o hubiese sido víctima de un bombardeo. El ensanchamiento
de la avenida Independencia, implicó la demolición parcial de algunas
propiedades y dejó al descubierto los diferentes tipos de baldosas y cerámicas
que cada propietario eligió. Llevando al espacio público cierta intimidad de
cada una de esas casas, cargando de nostalgia un espacio tan ordinario como lo
es una acera. Situaciones y accidentes urbanos como éste hay por doquier en la
comuna, generando una atmósfera lejos de nostálgica y tranquila, por el
contrario, una tensión y dificultad en la movilidad, acceso y tránsito, tanto
vehicular como peatonal.
Las obras civiles y la demolición, la presencia de
maquinaria pesada y cuadrillas de obreros. El material de construcción y
escombros. El polvo y el ruido son hoy, si no los protagonistas, la
escenografía y el soundtrack de la identidad
local de independencia.