lunes, 5 de mayo de 2014
Esperando morir ahogados en lava
Vivo en el país donde el video de un joven lanzándose al vacío desde el rascacielo más alto de la ciudad es éxito de taquilla. En el país donde los terremotos y los tsunamis existen y matan gente. En el país de las mentes más pervertidas y retorcidas. Donde jóvenes se masturban con peces vivos, donde mendigos masturban con su cara la vagina de una mujer en su período menstrual. Donde una mujer es decapitada frente a sus hijos. Donde un niño de ocho años apuñala más de 20 veces en la cara a su primo. Donde el weón que grabó el primer disco de mi banda incineró una guagua. Vivo con el Diablo a la vuelta de la esquina, como si fuera amigo de mis amigos y todavía no me ha tocado conocer, pero sé que existe, sé quién es y qué hace. Nos ubicamos perfectamente, pero nadie nos ha presentado aún. No hemos tenido la ocasión de conocernos. Hace poco Reveco se intoxicó con monóxido de carbono y por poco muere en su propia casa. De casualidad estuve en Valpo y vi con mis propios ojos el fuego deborando casas. Vivo en el país donde los ricos no van a la cárcel, donde la negligencia y la maldad quedan impunes siempre. Santiago es una balsa que flota sobre lava del mismísimo infierno. Intentamos hacer nuestras vidas, inventar nuestras canciones, sabiendo que tarde o temprano llegará nuestro turno de morir ahogados en lava.
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