sábado, 10 de noviembre de 2012

Cuando hacemos el amor y ella está acostada
tomo mi espada y refresco mi bigote con el metal
toco mis labios
y nos miramos a los ojos.

Ella alcanza a ver su reflejo
sin reconocer qué parte de su cuerpo es

busca el reflejo de sus pezones
intenta calzar ambos en la línea
y el esfuerzo de la posición le  acalambra los muslos
y el dolor se suma al éxtasis de nuestros genitales frotándose.

Cerca de terminar piensa que me ama.

Mentira
esto jamás sucedió
lo acabo de inventar
Ella es la mujer de un buen amigo hace años
Y por más que me mire con sus ojos
y que organice comidas para despedirme
y vaya a comprarme almuerzo y medicinas cuando me enfermé fuera de Santiago
y diga mi nombre de la manera que lo dice
y se interese en mí
y me pregunte lo que quiero oír
y sea tan linda de cara
y tan inteligente
y tan independiente
y tan matea
y utilice ese humor que nos gusta
y se me acerque a bailar cuando estoy bailando solo
y tenga esa ingenuidad femenina que huele a flores
y a champú en el pelo
y que yéndose por el pasillo de lejos me diga:
Chao, Javier
y yo me enamore más cada vez que la vea
y que sea la niña que por más largo tiempo me ha gustado,
No será verdad

Nunca fue verdad
y nunca,
nunca,    
nunca
JAMÁS
haremos el amor
más que en mi mente
y en la suya.